La vida sedentaria, el hábito constitucional, los factores genéticos, y la dieta, provocan que las calorías incorporadas con la alimentación se depositen en forma de tejido graso. En las mujeres, se deposita frecuentemente en la zona interna de las rodillas y muslos, en las caderas, en la zona baja de la espalda y en abdomen. En los varones es más frecuente el depósito en el abdomen.

Estos acúmulos grasos pueden ser disminuídos restituyendo la armonía en la silueta corporal, usando la lipoaspiración. En esta cirugía se utilizan unos tubos finos de punta roma (llamados cánulas), que conectados a un aparato especial de aspiración, retiran los excesos de tejido adiposo. Se realizan pequeñas incisiones de unos tres milímetros, que quedan disimuladas en zonas de pliegues o poco visibles.

La anestesia utilizada puede ser local, local con sedación, raquídea, o general, dependiendo de las áreas tratadas y el volúmen previsto a aspirar.

Tiene una duración aproximada de dos a tres horas.

En el postoperatorio inmediato se utilizan fajas y vendas de compresión, las cuales pueden ser necesarias hasta por treinta días. Los puntos se retiran a la semana. Los resultados definitivos son visibles a los tres o cuatro meses.

Es muy importante ayudar a la disminución de los edemas postoperatorios mediante la realización de maniobras de drenaje linfático, realizadas por kinesiólogos entrenados en estos procedimientos. Este se indica generalmente en la primera semana postoperatoria y por unas dos a tres sesiones semanales por unas tres a cuatro semanas.

Lipoescultura